jueves, 9 de abril de 2020

Para la celebración del Jueves Santo en familia


CELEBRACIÓN JUEVES SANTO EN FAMILIAMonición:
Hermanos, bendigamos al Señor que nos reúne para celebrar y fortalecernos en su amor a través de la escucha y reflexión de su Palabra. Bendito seas por siempre, Señor.
Saludo inicial: 
En el nombre del Padre, del Hijo y de Espíritu Santo. Amén
Acto Penitencial
En esto conocerán que son mis discípulos: en que nos amamos los unos a los otros. Reconociendo nuestras faltas de amor a Dios, al prójimo, a la creación y a nosotros mismos, pidámosle al Señor perdón y supliquémosle su misericordia.
Yo confieso ante Dios todopoderoso...
Oración
Oh Dios, al congregarnos como familia creyente, concédenos, te rogamos, que, por esta celebración solemne de la Palabra, en la que tu Hijo nos encomendó el gran mandamiento del amor, seamos fortalecidos en la caridad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

MoniciónLa Palabra de Dios nos invita a celebrar con gozo los grandes acontecimientos de nuestra salvación y nos exhorta a hacer de ellos norma de nuestra vida. Que esta Palabra nos fortalezca en el amor y en nuestro compromiso de caridad con los hermanos.

Primera lectura



Lectura del libro del Éxodo 12, 1-8. 11-14

En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: «Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de los hijos de Israel: “El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino más próximo a su casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo. Será un animal sin defecto, macho, de un año; lo escogeréis entre los corderos o los cabritos.
Lo guardaréis hasta el día catorce del mes y toda la asamblea de los hijos de Israel lo matará al atardecer”. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo comáis. Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, y comeréis panes sin fermentar y hierbas amargas.
Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el Paso del Señor.
Yo pasaré esta noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos de la tierra de Egipto, desde los hombres hasta los ganados, y me tomaré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor.
La sangre será vuestra señal en las casas donde habitáis. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo ante vosotros, y no habrá entre vosotros plaga exterminadora, cuando yo hiera a la tierra de Egipto.
Este será un día memorable para vosotros; en él celebraréis fiesta en honor del Señor. De generación en generación, como ley perpetua lo festejaréis».


PALABRA DE DIOS


Salmo
Sal 115, 12-13. 15-16. 17-18
R/. El cáliz de la bendición es comunión de la sangre de Cristo
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando el nombre del Señor. R/.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas. R/.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando el nombre del Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo. R/.


Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 23-26


Hermanos:
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: que el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo:
«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía». Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:
«Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía».
Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

PALABRA DE DIOS


Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan 13, 1-15


Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
Estaban cenando; ya el diablo había suscitado en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la intención de entregarlo; y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y este le dice:
«Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?».
Jesús le replicó:
«Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde».
Pedro le dice:
«No me lavarás los pies jamás».
Jesús le contestó:
«Si no te lavo, no tienes parte conmigo». Simón Pedro le dice:
«Señor, no solo los pies, sino también las manos y la cabeza».
Jesús le dice:
«Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos».
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios».
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
«¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis».


PALABRA DE DIOS


REFLEXIÓN PERSONAL Y COMPARTIDA

Oración de Fieles

En este día santo en que Dios Padre nos entrega en su Hijo Jesús el mandamiento del amor, dirijamos a Él nuestras súplicas confiadas:

Respuesta: Señor, ayúdanos a amar sirviendo a los demás

Por el Papa, los Obispos y los sacerdotes: para que vivan su sacerdocio como servicio incansable, especialmente con los más pobres y marginados.

Respuesta: Señor, ayúdanos a amar sirviendo a los demás

Por todos los gobernantes: para que, en Jesús, que lava los pies a los apóstoles, sepan reconocer los grandes signos de servicio y entrega que se deben multiplicar en todas las acciones en favor del bien común.

Respuesta: Señor, ayúdanos a amar sirviendo a los demás

Por los que han fallecido a causa del COVID-19, para que el Señor les conceda el descanso eterno, y a sus familias les de consuelo y fortaleza para afrontar la partida de su ser querido.

Respuesta: Señor, ayúdanos a amar sirviendo a los demás

Por los más necesitados de nuestra comunidad: para que reciban nuestra generosidad desde la vivencia del mandamiento nuevo del amor.

Respuesta: Señor, ayúdanos a amar sirviendo a los demás

Por las vocaciones: que en este jueves sacerdotal sean muchos los jóvenes que se motiven a servir al Señor en los diversos estados de vida.

Respuesta: Señor, ayúdanos a amar sirviendo a los demás

Por todos nosotros, para que trabajemos por vivir en familia los mismos sentimientos de Cristo y seamos testigos creíbles del amor de Dios y de la entrega de Cristo.

Respuesta: Señor, ayúdanos a amar sirviendo a los demás

Se pueden hacer otras intenciones familiares

Oración:

Dios Padre, que entregas a tu Hijo por amor, mira con bondad estas súplicas que te presentamos. Por el mismo Jesucristo que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén

Padre Nuestro que estás en el cielo ...

Comunión Espiritual:
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.

Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén.
Acción de Gracias
Salmo 137

Himno de acción de gracias de un rey


Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti, me postraré hacia tu santuario, daré gracias a tu nombre; por tu misericordia y tu lealtad, porque tu promesa supera a tu fama; cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma.

Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra al escuchar el oráculo de tu boca; canten los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es grande.

El Señor es sublime, se fija en el humilde, y de lejos conoce al soberbio. Cuando camino entre peligros, me conservas la vida; extiendes tu brazo contra la ira de mi enemigo, y tu derecha me salva.

El Señor completará sus favores conmigo: Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.

Invocación a la virgen María:
Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos siempre de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita! Amén.
Rito de conclusión
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.

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